La
semana pasada alguien me dijo que ser ateo era ridículo. Según esa persona, no
creer en nada es un sinsentido porque los humanos, por naturaleza, necesitan el
apoyo de alguien o algo, como los padres, y que dado que es imposible tener
siempre a alguien, resulta entendible aceptar a una deidad o una fuerza
superior que es omnipresente y que ama infinitamente a sus creaciones. En
definitiva, que era aceptable creer en un dios. Además agregó que la divinidad
-un modelo a seguir- es necesario para garantizar la convivencia en sociedad.
Intentaré
desvirtuar esa idea. Antes que nada, debo decir que no estoy de acuerdo con que
los humanos tengan naturaleza. Es decir, no me parece que un humano haga algo
por naturaleza. Lo que en realidad existe es la condición humana, que depende
de las variaciones propias de la vida en sociedad. Es decir, esa condición
cambia con el tiempo, pues lo que hoy está bien puede estar mal mañana. Algo
así como el relativismo.
Ahora
bien, sobre la necesidad de creer en una divinidad, me parece que es una idea
errónea. No me parece que los humanos siempre necesitemos ayuda. Cada quien
decide si es capaz de vivir solo, sin el apoyo de nadie o si, por el contrario,
prefiere tener siempre a alguien como sostén. Sobre el modelo a seguir, es
aceptable que sea necesario. Pero que por fuerza deba ser un dios no puede ser
correcto. Es decir, cada sociedad crea el modelo de hombre perfecto para su
tiempo. Por ejemplo, en la antigüedad estaba bien ser un guerrero ordinario y tosco.
Hoy, evidentemente, no. Adicionalmente, siempre me ha parecido que las ideas
del Existencialismo de Sartre explican este punto. Para él, cuando una persona
decide hacer algo, está eligiendo el modelo de hombre que considera el mejor.
Cuando yo decido estudiar, tácitamente contribuyo a que el modelo de hombre
intelectual sea el dominante.
De
cualquier forma, considero que este tema es muy subjetivo. Depende de cada uno
creer o no en amigos imaginarios y nada de lo que escriba aquí convencerá a
nadie de lo contrario. Por ello procedo a otro tema que tal vez sea el más
importante. Se trata de intentar identificar en qué cree un ateo. Igual que lo
anterior, no hay una respuesta absoluta, así que me referiré a mi propia
experiencia.
Yo,
en realidad, nunca me había hecho esa pregunta. Luego de darle vueltas en la
cabeza, llegué a la conclusión de que creo en mucha cosas. Por ejemplo, creo en
la razón como medio para conocer y resolver los grandes misterios del universo.
También creo que cada vida es sagrada y que todas las personas son dueñas de un
potencial inmenso. Creo que la gente vale por lo que piensa y no por sus
posesiones. Creo que todos pueden hacer lo que les dé la gana con sus vidas.
Creo en la dignidad humana. Creo que toda forma de pensar debe ser protegida.
Creo que la naturaleza merece respeto y que los humanos solamente le hemos
hecho daño.
En
síntesis, creo en la libertad, en la igualdad y en la fraternidad como medios
para crear un mundo más tolerante, más inclusivo y menos agresivo.